lunes, 30 de mayo de 2016

21. El Arte Contemporáneo en España. Pintura (Picasso, Miró y Dalí). Escultura (Gargallo y Chillida).

Ha pasado a la historia como el padre del arte moderno.
No sigue la estela marcada por otros, sino que es él el que marca el rumbo en su afán de creación e investigación. Abierto a cualquier técnica y estilo, hace gala de su libertad creadora y, también, de su compromiso y responsabilidad en la ruptura con la tradición artística.
Picasso mismo dice: "Copiar a los otros es necesario, pero copiarse a sí mismo es patético".
En su prolífica producción, Picasso no constriñe su creatividad a los límites de la pintura, cultivando también con igual maestría, el dibujo, la cerámica, la obra mural y gráfica, el diseño teatral, la poesía, el teatro o el cine.
Con más de 15000 cuadros, 660 esculturas, es uno de los artistas más productivos de la historia del arte.

Algunos dicen que Picasso nunca participó en las vanguardias: él hizo las vanguardias. La historia de la pintura está incompleta si no se hace una parada obligada para contemplar el siglo XX desde las obras del malagueño que irrumpió en el devenir de la obra pictórica con tal fuerza y honestidad que es conocido de manera casi unánime como el artista más importante que vio el siglo pasado. Su prolífica obra está compuesta por más de 2 mil trabajos, viva muestra de su transición por cuanta corriente artística quiso con los mismos grandiosos resultados.

Temperamental y polémico, quienes lo conocieron de cerca hablan de un hombre obstinado, egoísta, mujeriego y lleno de defectos. Un hombre que tuvo más de siete esposas, famoso por sus relaciones destructivas. Uno que encontró a una chica de 17 años caminando por París, le compró un castillo y la hizo su musa. El reconocimiento mundial a la obra de Picasso terminó por hacer del artista un soberbio; sin embargo, toda su vida expresó que no sólo había que admirar la obra de un pintor, sino entender la vida que llevó a cuestas. Cada uno de sus periodos creativos estuvo dominado por la vida, la conciencia, las amistades y lo que realizó en ese entonces. 


Su formación como pintor fue tradicional, académica.
Hijo de un profesor de dibujo.
Ciencia y caridad (1897)
Por esta obra fue premiado en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1897 siendo aún adolescente.

Ciencia y caridad (1897)

Época azul (1901-1904)

Los primeros años de vida artística fueron difíciles. Su estado de ánimo le lleva a reflejar personajes desarraigados pero que mantienen su dignidad.

Es la época azul
  • Emplea tonos fríos y azulados.
  • Las formas son angulosas y alargadas. Recuerdan a las figuras del Greco.
  • La expresión melancólica, de tristeza. Miradas perdidas.
  • Pinta personajes marginados.
El guitarrista ciego


Una de las obras más representativas del Periodo azul, muestra la desolación de un viejo anciano tocando una guitarra. Este periodo se caracterizó por su constancia monocromática, inspirada en parte por un viaje por España que realizó años atrás y en gran medida por la muerte de su gran amigo y colega Carlos Casagema. En estudios posteriores, se determinó que detrás del viejo y la nostalgia que acarrea su figura, se encuentra un joven con facciones muy vinculadas a estudios preparatorios de otras obras anteriores del malagueño. También se descubrió un cuerpo femenino, notablemente parecido a la mujer de “La Vida”, pero sentada ocupando el primer plano de la obra. 




La Vida 
(1903) 

Óleo sobre lienzo, con partes inacabadas que dejan ver el carbón del boceto.
Tema:
Cuadro de compleja simbología, aparentemente inacabado, en el que una pareja mira a una madre con su hijo. Detrás, aparecen abocetados otros personajes acurrucados y con gestos de sufrimiento. Las interpretaciones han sido muy variadas, y el propio Picasso nunca quiso corroborarlas o negarlas Una de ellas puede ser la contraposición del amor carnal (la pareja) con el maternal (la madre), así como el paso de uno a otro a través del sexo visto de una forma ambivalente.
La composición se ciñe a una estricta simetría, compensando el mayor volumen de la pareja de la izquierda con una mayor intensidad en los colores de la madre. Tanto el habitual sentido de la mirada occidental (lectura de izquierda a derecha) como el leve gesto del hombre, nos dan una leve direccionalidad hacia la figura hierática de la madre.
Como corresponde a esta etapa todo se encuentra dominado por una casi exclusiva monocromía azul (relacionada con la melancolía), con apenas unas zonas marrones en su centro (también habituales en este momento).
La luz, aunque naturalista en su conjunto y muy marcada en los pliegues de la madre, tiene una extraña reflexión en los cuerpos desnudos, creando planos discordantes en su piel desnuda.
Las figuras mantienen un canon bastante alargado (aún más potenciado en la madre por la disposición de sus pliegues) y presentan un fuerte carácter hierático y estático que se contrapone con el movimiento y el dramatismo de las escenas de la pared. 

Significado:
Todos los rasgos nos llevan claramente al Periodo Azul de Picasso que en los primeros años del XX dominó su pintura (tonalidad, personajes, sensación de angustia, hieratismo, canon…)
Se trata del primer estilo personal del pintor tras el academicismo juvenil (muy influido por su padre) y las experiencias postimpresionistas que tomaban el mundo del cabaret de Toulouse Lautrec o Degas.  En torno al principio del siglo, y envuelto en una vida pobre y miserable en el luego famoso Bateau Lavoir de París, Picasso da un giro a su producción anterior para buscar unos temas y una técnica claramente reconocible. Toma para ello el mundo de los marginados (pobres, mendigos, locos, prostitutas, deformes) ya habitual en la pintura de Toulouse para envolverlos en una atmósfera densa de un azul dominante y profundo que comunique soledad y melancolía.

En la misma línea que la obra anterior tenemos:

Mujer, mendigo y niño a la orilla del mar
Tema: aunque en este cuadro no conozcamos su historia, está presente la idea de fracaso, de vida arruinada y sin esperanza, que se continuará en época rosa (aunque con mayor optimismo y un cambio de personajes acercándose al mundo del circo) y se romperá definitivamente cuando Picasso para se centre en cuestiones más formales (color, planos geométricos) que lo llevarán hasta las señoritas de Avignón y el cubismo.
 Como es habitual en Picasso, las influencias son muy variadas, pues pocos pintores como él han tenido en la Historia del Arte la capacidad de digerir y reelaborar la pintura anterior hasta hacerla por completo propia. Tanto el canon alargado como las distorsiones de perspectiva y focos de luz se han puesto en contacto con el Greco, que en esos momentos se estaba redescubriendo. 

Época rosa (1904-1906)

En París, con 23 años, su vida cambia. Vive la bohemia parisina y en su obra se refleja un mayor optimismo. El color tiende a rosas y rojizos. Las formas se suavizan y los temas se dirigen al mundo del circo. También cambia los temas:arlequines, juglares, actores, payasos,... que simbolizan el mundo del arte y la humildad del artista de la calle.

Arlequín sentado

Familia de saltimbanquis



Muchacho con pipa



Protocubismo (A partir de 1906)

Se interesa por el arte ibérico, africano, griego arcaico y del antiguo Egipto. También influye una exposición retrospectiva de Cezanne. Empieza a trabajar en la geometrización de las formas y en la simultaneidad de perspectivas.

Autorretrato de Praga


Retrato de Gertrude Stein


Muestra una simplificación y asimetría de formas y volúmenes. Gertrude Stein: intelectual estadounidense que vive en París. Coleccionista de pinturas y amiga de intelectuales y pintores que iban a su casa a ver los cuadros y reunirse.
En 1906 conoció a Picasso. Y a pesar de que su retrato no le gustó, acompañó a Picasso en el camino que lo llevaría a la fama. Picasso retrató a una Stein pensativa, escuchando atentamente, importante.
 
El Museo Metropolitano de Arte, MOMA, de Nueva York alberga el cuadro.

 

Les demoiselles d'Avignon (1907)



Un Picasso joven plasma su ruptura definitiva con las tendencias del pasado, especialmente su breve periodo africano y plasma en “Las señoritas de Avigon” su transición al cubismo. En ese entonces, el artista daba rienda suelta a su intensa vida sexual en los barrios de Barcelona, precisamente de donde este cuadro toma nombre, la Carrer d’ Avinyó, una de las calles más importantes del barrio rojo de la capital catalana, llena de prostíbulos y vicios decadentes. Los rostros de las mujeres del lado derecho conservan el estilo africano de las máscaras y al mismo tiempo asoman el inicio de la abstracción cubista con formas que se confunden en el plano visual. 

El tema es una visión de un prostíbulo. Las mujeres, como "en un escaparate", hacen que el espectador participe activamente en el cuadro y no sea un mero contemplador.
Aparecen en Picasso influencias de "artes clásicos y primitivos", griegos, africanos, ibérico, que se plasman en una nueva concepción de la estructura pictórica: "el Cubismo".
Este es un ejemplo de la investigación de este nuevo estilo que seguirían muchos otros artistas.
La suavidad y delicadeza con que tradicionalmente se trataba el desnudo femenino se transforma bruscamente en planos y ángulos de una dureza no comprendida para los críticos de la época. Además en la parte derecha del cuadro se representa mostrando simultáneamente dos perspectivas, dos puntos de vista: de espaldas y de frente.
Las tres mujeres de la izquierda responden a la influencia del arte ibérico.
Las de la derecha recuerdan a las máscaras africanas.
Este cuadro es el punto de partida para Picasso y otros muchos creadores que definirían este estilo cubista y lo llevarían a ser uno de los principales movimientos del arte del S. XX.
Pág. 329 del libro de texto


Cubismo (1908 - 1914)


A partir de 1908 junto con su amigo Braque investiga un nuevo lenguaje pictórico: el cubismo
  • que representa en la Historia del Arte una revolución radical: al multiplicar los puntos de vista incorpora la cuarta dimensión, el tiempo, además de la tradicional visión tridimensional.
  • el lienzo deja de ser una ventana a través de la cual se ve una realidad monofocal y pasa a ser una superficie plana y bidimensional en la que pintar.
  • se impone la forma, el orden y la geometría como nuevo fundamento de la pintura.
  • la luz no destaca los volúmenes, el color se apaga.

 

Cubismo analítico (Hasta 1912).

Reduce la importancia del color y propugna la descomposición de los objetos en su estructura geométrica íntima.
Retrato de Ambrose Vollard 


Picasso descompone la figura en una estructura de planos verticales, horizontales y diagonales interrelacionados en los que el color se somete a la forma. Quiere plasmar todas las partes del objeto (del retratado en este caso) a lavez. La perspectiva tradicional se vuelve inútil porque sólo ofrece un punto de vista. Para evitar todo efecto naturalista y emocional, la paleta se restringe a grises, marrones, verdes y amarillos, o recirre al monocromatismo.

Sorprendentemente, Vollard es perfectamente reconocible.
En la misma línea pinta:
Muchacha con mandolina



Cubismo sintético (Desde 1912).

A partir de 1913 el proceso de investigación le lleva a invertir el proceso al construir el cuadro a partir de formas y colores que se transforman en un objeto.
El cubismo sintético surge al introducir los efectos del collage en la pintura al óleo.

Bodegón con trenzado de silla 
(1912)
Óleo y collage.

Esta pequeña pintura (lienzo;29x37cm) inaugura el cubismo sintético.
Picaso pegó en un lienzo ovalado un hule que llevaba impreso el dibujo de una rejilla de asiento y lo integró con el texto pintado sobre él. El efecto de engaño visual introducido por el hule, que simula una rejilla, era nuevo en el repertorio cubista.


Etapa ecléctica


Después de la Primera Guerra Mundial comienza una nueva etapa que el propio Picasso la define como ecléctica aunque alguna vez vuelva al cubismo.
La flauta de pan



Los tres músicos


 Los tres músicos (1921).
Inversamente a “Las señoritas de Avignon”, esta obra es una clara representante del periodo del cubismo sintético, significa el reencuentro con la forma y el final de la etapa cubista. De izquierda a derecha, aparece un conjunto de tres hombres: el Pierrot enmascarado tocando el clarinete, un personaje común en la obra pictórica del español, a su derecha un arlequín tocando la guitarra y un monje cantando. Picasso retrae la pesadez del cubismo anterior y se decanta por volver a la temática de la Commedia dell’arte italiana. En el momento en que pintó esta obra, el malagueño estaba influenciado por su primera esposa, Olga Jojlova, y su entendimiento de las artes escénicas. Del cuadro existe otra versión, ambas pintadas en Fontainebleu, Francia. 


En esta obra vemos a los músicos de perfil y de frente a la vez, gracias a la superposición de planos, como si de estampas se tratase. La obra traslada al espectador al mundo de la comedia del arte con tres figuras, un Arlequín, un Pierrot y un Monje que aparecen tocando un instrumento musical. En las dos versiones de esta obra el orden es diferente. Por lo que respecta a la forma, Picasso utiliza sus conocimientos del collage, ya que los dibujos coloreados de los vestidos de las figuras, forman superficies que parecen hechas con papel pegado y se suceden la una a la otra, dando al cuadro una alegre vivacidad, incluso una especie de movimiento interno. Las figuras, sobre todo sus manos, están concebidas como si fuesen naipes, en una especie de confuso simbolismo.
La única nota de realismo que aparece en la obra son las notaciones musicales en un simbólico pentagrama. La entrada en contacto con el mundo del teatro en 1917, al conocer a la bailarina Olga Joklova, le influye en la elección del tema que, ya había sido empleada (salvando todas las distancias técnicas) en su “Época Rosa”. Con el cubismo sintético que utilizó en este cuadro, volvió a una simplificación de las formas, creando esta especie de puzzle geométrico que evoca a los músicos de la Comedia del Arte italiana. Los colores no se circunscriben exactamente a los límites del dibujo, con lo que tiende a perderse la diferencia entre figuras y fondo.
En la ilustración que acompaña este comentario, la figura que se encuentra en el centro es un arlequín que toca la guitarra, flanqueado por un Pierrot que lleva un saxo y tiene un perro bajo sus pies, y un monje que tiene una partitura. En varias ocasiones el pintor identifica la figura del arlequín con la del artista, por su capacidad de transformar la realidad (ya que éste realiza trucos de magia, por ejemplo), representándose en ocasiones vestido como tal.



Picasso entra ahora en  una etapa de impulso creativo en la que no se deja llevar por ninguna escuela, nigún estilo. Se apropia de todas las experiencias pictóricas, clasicismo, deformaciones, surrealismo, abstracción...las transforma, las deforma, busca nuevos caminos de forma y expresión
El nacimiento de su hijo Paul en 1921 supondrá para Picasso en su etapa de eclecticismo apasionado una nota fresca: el tema de la infancia y las maternidades van a predominar en su creación.

Pablo vestido de arlequín (1924)


La danza (1925)



Bañista sentada al borde del mar (1930)



Picasso y la paz 

Cuando estalla la guerra civil, Picasso toma partido uniéndose a los republicanos. Aumenta la tensión dolorosa de sus pinturas. Dos testimonios del drama de la guerra son: Mujer que llora y el Guernica


Profundamente afectado por el bombardeo de esta ciudad vasca y la masacre de su población, creará un cuadro conformado por un conjunto de símbolos y por una serie de personajes míticos de los cuales se servirá para expresar las tragedias de la guerra. Vivirá en Francia, no en España. Los retratos de Dora Maar, deformados, desequilibrados, dislocados, de extremidades infladas y monstruosas (Mujer llorando) traducen su horror a la guerra y al fascismo.

Guernica 
(1937)


Estilo: Cubismo – expresionismo – surrealismo
Óleo sobre tela; 3,51x7,82m.
Localización: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.

El 26 de Abril de 1937 los aviones de la Legión Cóndor bombardearon la pequeña ciudad de Guernica, sin especial valor militar, habitada casi exclusivamente por mujeres, niños y ancianos, protagonizando la primera gran masacre de civiles de la época contemporánea.
La obra fue encargada por el gobierno de la República para el pabellón de España en la Exposición Internacional de París del año 1937.
Lo pintó impactado por el bombardeo, como muestra de su implicación política y de su creencia en el compromiso de la pintura con el devenir histórico.

Una de las máximas obras pictóricas del siglo XX, muestra de la condición de genio del malagueño es “Guernica”. Inspirada en el cruel bombardeo a la entonces capital del país vasco por la aviación nazi en conjunto con el régimen dictatorial de Francisco Franco, fue concebida en menos de un mes por el pintor. El intenso bombardeo que cobró la vida de 1,654 personas caló hondo en el sentir de Picasso, en ese entonces declarado públicamente comunista y republicano. El estudio original tenía detalles a color, suprimidos en el lienzo final. En la composición llaman la atención especialmente el ojo que muestra un foco encendido, que a pesar de la luz, no ilumina al resto de la obra y la flor que nace del mango de la espada partida es una señal de vitalidad y resistencia ante el ataque. El mismo artista declaró más tarde que el caballo representaba al pueblo, mientras el toro significaba el lado más oscuro y brutal del ascenso del fascismo.  


Recursos expresivos:
  • Ausencia de color: blanco, negro, gris y algún toque azulado.
  • Deformación dramática de los cuerpos.
  • Rostros desmesuradamente crecidos.
  • Reparto desigual de la luz que ilumina aquello que el artista desea destacar.
  • La expresión de dolor es lo más destacado sobretodo el dolor maternal y el del caballo herido.

Composición:


  • Pirámide luminosa central con dos ejes verticales, a ambos lados del lienzo.
  • El vértice de la pirámide es el quinqué. (1). Lo lleva una mujer que ilumina la escena desde la ventana (9).
  • El quinqué ilumina al caballo agonizante, símbolo del pueblo (2) junto al guerreo muerto con una flor en la mano (3), y a la figura femenina que avanza desde la izquierda (4) ¿esperanza nunca perdida? 
  • En la semipenumbra un pájaro (5) herido.
  • A la izquierda el toro (6) impasible ante el dolor, representación del poder fascista.  Y el dolor maternal de la madre con el hijo muerto en los brazos (7).
  • A la derecha la mujer atrapada en el incendio (8).
  • El conjunto genera un espacio angustioso, teatral, acentuado por el tamaño de los personajes en relación con la arquitectura.
La importancia del Guernica reside en que la voluntad popular lo hizo suyo. Se convirtió en cuadro-denuncia de los horrores de la guerra como Los fusilamientos del 3 de Mayo de Goya. 
Es un cuadro-grito intemporal y universal. Su atemporalidad le dio universalidad y la Historia lo convirtió en una dolorosa alegoría del dolor y del sufrimiento, premonición de la Segunda Guerra Mundial.
  Técnicamente puede considerarse un magistral manifiesto artístico de las vanguardias (surrealismo, cubismo, y expresionismo) planteado con pocos elementos, escasos colores y un fortísima carga expresiva.


La Segunda Guerra Mundial hace que adopte una posición política comprometida afiliándose al Partido comunista francés, en 1944. Sus obras siguen reflejando gritos de sufrimiento. En Gato y Pájaro 


muestra el vientre de un ave desgarrado por la poderosa dentadura y zarpas del gato. 



Cráneo de buey es símbolo de muerte, de soledad y desesperanza.

En octubre a diciembre de 1937, pintó La mujer que llora 




También en contra de la guerra y con motivo de su adhesión al Consejo Mundial de la Paz pintó el famoso La paloma de la paz en (1949). La litografía La Paloma es tomada como tema para el Congreso de la Paz en París. Recibió el premio internacional de la paz en 1955.


 

Masacre en Corea (1951). 


Picasso describió la violencia contra los civiles durante la Guerra de Corea.
Pinta Masacre en Corea, como protesta contra la invasión de los norteamericanos y con el mismo mensaje de Goya en
 Los fusilamientos del 3 de mayo.

 

Picasso y la Historia del Arte

En los últimos años de vida, Picasso reinterpreta las grandes obras de la Historia del arte descubriendo aspectos desapercibidos, posibilidades inesperadas. Trabaja con obras de Velázquez, Delacroix o Courbet. Es una reflexión sobre sí mismo, sobre la Historia del arte y de cómo no es posible romper con la tradición y empezar desde cero.

Mujeres de Argel. Delacroix


Mujeres de Argel. Picasso



Entre estas obras hay una serie de 44 variaciones sobre “Las Meninas” de Velázquez, la obra maestra más famosa del más venerado de todos los pintores españoles. Picasso ha respetado los elementos esenciales de la composición, pero modificando todos los detalles. El gigantesco mastín de Velázquez, por ejemplo, se ha transformado en un perrito mucho menos amenazador, muy parecido a uno de los pequeños animales que tenía Picasso. La figura del umbral se ha convertido en una simple silueta negra, más pequeña y enigmática que la figura del cuadro original. La princesita del centro del cuadro ha quedado reducida a una serie de formas pseudogeométricas, planas, con un pequeño círculo encima a guisa de cabeza. Las ventanas están sólo esbozadas en la pintura original, mientras que Picasso les da más importancia, y las transforma en formas geométricas robustas.
Estudia la manera de trabajar de Velázquez, la disposición de los personajes, el planteamiento de la luz. De esta forma, Picasso disfruta y comprende mejor la esencia de la pintura y de aquellos maestro que más admira.




Picasso es el testimonio comprometido de una época para la que el arte no es la aplicación de un canon de belleza, sino lo que el instinto y el cerebro conciben más allá de cualquier canon.

 



DALÍ 


(1904-1989)

"La única diferencia entre un loco y yo, es que el loco cree que está sano. Yo sé que estoy loco"

Empezó a estudiar arte en Figueres, y posteriormente ingresó en la Escuela de Bellas Artes de Madrid. En aquellos años se relacionó con el poeta Federico García Lorca y con el cineasta Luis Buñuel. En 1928 apoyó el manifiesto amarillo , en el que se criticaba al arte y a la literatura tradicionales. Poco después se unió al grupo de surrealistas de París. Aunque más tarde, el propio André Bretón lo expulsó en 1936 por razones ideológicas. Entre 1945 y 1958 residió en nueva York, donde tuvo contactos con el cineasta Walt Disney. Allí realizó gran cuadros de temática religiosa, a pesar de que la popularidad y la fama las consiguió con sus actitudes extravagantes. La mayor parte de su obra se puede ver actualmente en el museo Gala-Dalí de Figueres, creado en 1974.

Sus mejores obras surrealistas, las de los años 30 y 40, se caracterizan por:
  • Fidelidad casi fotográfica, perfección en el dibujo y su desbordante fantasía.
  • Escenas sobrecogedoras, familiares y monstruosas a la vez
  • Desolados espacios abiertos
  • Objetos que flotan
  • Desnaturalización de los objetos
  • Alargamiento y deformaciones anatómicas
  • Asociaciones absurdas, oníricas
  • Emplea el método paranoico-crítico que, según se decía, ayudaba a acceder al subconsciente liberando energías artísticas creadoras.

 

Muchacha en la ventana


Uno de los cuadros más famosos de Dalí realizado cuando tenía 20 años. 
Los contactos con el surrealismo no han influido todavía de manera apreciable en su pintura. Realiza un trabajo de gran uniformidad cromática y sencillez en la composición. La originalidad de este lienzo radica en la utilización de un modelo femenino -su hermana- que está de espaldas y a la que no se ve el rostro. En él se adivina que está observando la lejanía del paisaje, que es lo mismo que hace el espectador al ver el cuadro.

El gran masturbador 
(1929)
Localización: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.


Este cuadro, formalmente tiene las características de toda su pintura surrealista: una unidad equilibrada a pesar del gran número de elementos que posee, y el espacio inmenso que junta el cielo y la tierra en la lejanía.

Dalí ya es surrealista y ello le permite reflejar en sus obras su vida y todas sus obsesiones. Una de ellas es el sexo. Profundo conocedor de los estudios de Freud, Dalí no esconde su personalidad ni sus problemas que da a conocer tanto en sus cuadros como en sus entrevistas. Esta personalidad abierta le diferencia de todos los otros artistas del movimiento surrealista.

En este cuadro todo tiene su significado más o menos ambiguo.


·         El elemento central es su autorretrato -que repetirá en muchos otros cuadros-, estilizado pero reconocible: la gran nariz (1), el color amarillento y cara alargada. Está claro que el protagonista de todas las alegorías es él, y pegado a su figura hay numerosos elementos con significados variados.
·         El saltamontes (2), un animal que le producía pavor,
·         lleno de hormigas (3) que simbolizan la muerte.
·         Un anzuelo (4) como atadura a la familia,
·         el león (5)como deseo sexual,
·         unas piedras (6) como su pasado,
·         una figura aislada (7) como soledad...
·         Las plumas (8) de colores a modo de pestañas,es una referencia a su infancia, a los sueños infantiles
·         El tema de la masturbación aparece en la mujer (9) de estilo modernista que surge de su retrato y cuyo rostro esta cerca de unos genitales masculinos escondidos en unos calzoncillos ceñidos.
·         Pegada a la mujer hay un lirio (10), que simboliza la pureza, una enrevesada forma de definir a la masturbación como la relación sexual más pura.
·         Como es constante desde que la conoció, Gala aparece representada, en este caso en la pareja que está abrazada (11) debajo de la figura principal.


Dalí, que poseía una excelente técnica pictórica se sirvió de las teorías psicoanalíticas plasmar su personalidad y sus obsesiones. 

Definió sus cuadros como "fotografías de sueños pintados a mano", pues con frecuencia relacionaba de manera totalmente innovadora elementos oníricos con elementos reales.

La influencia de artistas surrealistas como Miró o De Chirico determinó la obra de Dalí de los años 20.

En el campo teórico André Bretón marcó las pautas iniciales de su pintura.

Además, Dalí solía tomar prestados elementos procedentes de otros grandes autores como El Bosco, Vermeer o Velázquez y los reelaboraba a su gusto.

 La persistencia de la memoria 
(1931)
Óleo sobre lienzo.
Hoy en el MoMA de Nueva York.



En el centro, el rostro durmiente del gran masturbador sigue yacente, ensillado con uno de los relojes, parece metamorfosearse en un caballo. Los relojes blandos son el contrapunto de la dureza de las rocas del cabo de Creus. Uno de los relojes está lleno de hormigas y en el otro hay una considerable mosca.

El dibujo tiene una enorme importancia en el cuadro. Es muy académico. Los objetos están representados con exactitud y detallismo, pero sus dimensiones no son reales y están deformados.
La luz juega un gran papel. El cuadro está dividido en dos partes no simétricas: una tenebrista, en primer término, con un foco de luz a la derecha que ilumina suavemente los objetos, que proyectan sus sombras y se recortan en el espacio; y la otra, fuertemente iluminada, al fondo, con una luz muy blanca, irreal. 
El color es rico y variado. Predominan los tonos fríos (azules, grises, blancos), que contrastan con los cálidos (ocres, marrones y amarillos). Los colores están aplicados con una pincelada plana y precisa, de gran brillantez.
La composición está muy estudiada. Domina la línea horizontal del mar al fondo,  remarcada por la luz, que divide el cuadro en dos mitades desiguales pero armoniosas. Se complementa con la horizontal de la rama seca del árbol, que con su tronco marca a la izquierda una vertical que equilibra la composición. Como elementos dinámicos, el pintor utiliza las líneas diagonales (mesa, cabeza) y las curvas (relojes, cabeza). El color contribuye a lograr estos efectos, ya que los tonos cálidos nos acercan las formas, mientras que los fríos las alejan. La perspectiva tradicional existe, pero el espacio parece extraño. El punto de vista del espectador es alto.

La persistencia de la memoria, temáticamente, evoca el eterno problema del paso del tiempo utilizando una escena completamente irracional, procedente del mundo inconsciente de los sueños. Los relojes serían los verdaderos protagonistas del lienzo, representando la angustia de controlar el tiempo. En relación a este concepto está la memoria, es decir, la capacidad que permite al hombre hacer que el pasado siga vivo: los recuerdos. Esto es quizá lo que representan los relojes blandos, mientras que el reloj duro significaría el presente, el tiempo aún no integrado en la memoria.

De cara al significado: El paisaje onírico y fantasmagórico que acoge la escena representada tiene su mayor referente en la pintura metafísica de Giorgio De Chirico. Como ejemplo podemos ver de este auto: La incertidumbre del poeta, de 1913.

En el plano técnico, el realismo  y la minuciosidad del paisaje nos remite a Vermeer, con su Vista de Delft, al que Dalí admiraba.

Temáticamente, las influencias de las teorías de Freud son claras, según las cuales todas las impresiones que recibe el hombre a lo largo de su vida se van guardando en su interior.





Construcción blanda con judías hervidas. Premonición de la Guerra Civil (1936)


En ella refleja el terror de la guerra civil española. Y aunque la subtitulara una vez empezada la guerra, su tremenda violencia refleja el terror que se vivía en los años anteriores. La terminó seis meses antes de comenzar la guerra y la consideró una "profecía daliniana".

En ella vemos un monstruoso cuerpo humano con los brazos y las piernas entremezclados que se estrangulan mutuamente en pleno delirio, profetizando así la "España fascinada por el horror de la autodestrucción". Es una de las imágenes más agresivas y dramáticas de cuantas se han pintado sobre la guerra.

 

Sueño causado por el vuelo de una abeja alredeor de una granada un segundo antes de despertar (1944)


Los elementos tradicionales de su anterior etapa (grandes espacios, felinos, elementos flotantes) los mezcla con un desnudo -Gala- compacto pero delicado, que contrasta con la fiereza de los tigres y agresividad del fusil. Un cuadro de pequeñas dimensiones y muchos elementos resuelto con gran habilidad. La avispa que vuela en torno a una granada está en la parte inferior derecha del cuadro. Pasa casi desapercibida.

 

Gala como Leda. Leda atómica


Leda, según la leyenda, fue seducida por el dios griego Zeus transformado en cisne y dio a luz el huevo del que nacieron los dioscuros, Cástor y Pólux y las hermanas Helena y Clitemnestra.
Dalí escribió sobre el cuadro: La Leda atómica es el cuadro clave de nuestra vida. Todo está suspendido en el espacio, sin que ninguna cosa toque a otra. El propio mar se eleva a distancia de la tierra.
En 1949 acaba de regresar de Estados Unidos y su estilo ya es "clásico" aunque con las características dalinianas de los grandes espacios, horizontes lejanos, elementos flotantes, luces agresivas... El estudio anatómico de la modelo -Gala- y del cisne contrasta con la irrealidad de la situación. Mantiene elementos simbólicos, recuerdos de su pasado surrealista.
Es importante mencionar el realismo con que es pintada Gala, de forma casi fotográfica. Al igual que el cisne.


Crucifixión o Corpus Hipercubicus (1954)


Sin duda es uno de los trabajos de su experimentación clásica trascendental más elaborados, el tratamiento de Gala expectante y sus ropas recuerdan a Zurbarán o Murillo. La composición de la cruz, sus cubos, la posición del Cristo -desplazado para que la sombra se sitúe en el centro- y los demás elementos han suscitado discusiones sobre su intencionalidad. Lo único seguro es la fascinación de Dalí por combinar la espiritualidad y la técnica expresada como geometría o matemáticas.


La Ultima Cena

(1955)
Lienzo de grandes proporciones (165x250cm)
 de formato horizontal realizado en óleo sobre lienzo. 
La obra, que en la actualidad se encuentra 
en la Galería Nacional de Arte de Washington, y data
 de mediados del siglo XX, en torno al año 1955. 


1955. Obra del llamado periodo "místico-religioso", que fue uno de los más productivos del artista catalán. Después de la Segunda Guerra Mundial inicia una revisión de su fe y refleja sus sentimientos en la pintura. Como hito en ese proceso, en noviembre de 1949 es recibido en audiencia por el Papa Pío XII. 



Es uno de los cuadros más famosos de Dalí,  también conocido como "El sacramento de la última cena".  Se encuentra en la Galeria de Arte de Washington y pretende ser una revisión moderna de la iconografía utilizada por Leonardo da Vinci durante el llamado período "atómico" del pintor catalán.  El tema pues, no es novedoso, pero sí los elementos que utiliza al tratarlo. Dalí se dispone a recrear la escena presentando ante el espectador una conjunción entre las matemáticas y la religión. La habitación donde se desarrolla la escena es un dodecaedro de crista.  De la misma manera las cabezas de los protagonistas forman al unirlas un dodecaedro y la composición aparece regida por la presencia del número áurico.

De fondo donde se vislumbra un amanecer, aunque debería ser un atardecer. Se inspiró en la costa ampurdanesa y en su querido Cadaqués ya que vemos el mar y las típicas rocas de la Costa Brava. Cristo está en el centro, representado sin barba y con el pelo claro, predicando a sus apóstoles, los cuales inclinan sus cabezas en posición de rezo. 
La escena mezcla el misticismo religioso con una composición onírica característica del pintor; de esta manera Jesucristo se representa como un ser inmaterial que proyecta luz mientras que sus discípulos han sido representados como entes más corpóreos a través de un cuidadoso juego de luces y sombras. La resolución de cada uno de los discípulos es diferente en los gestos y en sus túnicas e incluso parecen ser de diferentes razas. Los trece personajes de la Santa Cena envuelven la mesa donde vemos el vino en un vaso de cristal moderno y un trozo de pan cortado en dos, todo ello creado como si de un bodegón clásico se tratara. 
Sobre la escena principal el artista ha dispuesto una nueva representación de Jesucristo, esta vez por medio de un torso desnudo traslúcido, que actúa como intermediario entre el mundo terrenal y el celestial a la vez que simboliza su propia entrega como cordero místico para salvar a la humanidad.
 No podemos diferenciar a Judas Iscariote porque todos ellos, dentro de la simetría, destacan por igual.

Hay una exagerada devoción a la geometría tanto en la habitación donde se celebra el acto, que sorprende por su diseño y por las paredes transparente, como en los calculados pliegues del mantel apreciándose esa voluntad de control absoluto de la realidad por parte del pintor. 

Dalí considera que tras el tiempo de las vanguardias, de la destrucción, del nihilismo, correspondía la llegada de una nueva era de construcción, de equilibrio. O, como él podía pensar, de Picasso a Dalí: "Ahora la nueva época de la pintura mística empieza conmigo". 
Cuatro años después realizaba uno de los cuadros culminantes de ese periodo, esta Última Cena. Desde luego, existe el recuerdo a los grandes pintores del pasado: en la composición,
 Leonardo Da Vinci; en la descripción minuciosa de las capas y de los alimentos, la Pintura Española del Siglo de Oro, con Zurbarán y Velázquez al frente. 





MIRÓ



(1893-1983)

Pinta con colores puros y tintas planas. 
Sus imágenes son simples, con pocos trazos, 
a la manera de los niños.


Joan Miró fue para Bretón el más surrealista de todos, por su automatismo psíquico puro. Es el máximo representante del surrealismo abstracto. Fue uno de los artistas catalanes más importantes y reconocidos del siglo XX.Sus cuadros están llenos de poesía. En 1920 viajó a París por primera vez y quedó impresionado por los numerosos movimientos artísticos de vanguardia. Este impacto tuvo una gran importancia en su etapa de formación, que culminó con la realización de La masía. 

En 1924 se adhirió al movimiento surrealista y, desde aquel momento, su pintura adquirió un lenguaje de signos propios (mujer, pájaro, estrella, luna, sol...) con los que construyó un universo muy personal y poético.

Durante la Guerra Civil Española su pintura reflejó la violencia de la contienda.
Unos años más tarde se inatalará em Mallorca y se interesará no sólo por la pintura sino también por el trabajo cerámico y escultórico, a los que aplicó su particular lenguaje iconográfico.





"Cuando me coloco delante de un lienzo no sé nunca lo que voy a hacer; y yo soy el primer sorprendido de ver lo que sale".


Su obra se desenvuelve entre:

1.      las primeras en las que explora sus sueños y fantasías infantiles.

La Masía 
1922



Pintada en 1922, evidencia la transición al surrealismo.
Se enmarca dentro de un contexto de pintura “naif” que estaba desarrollando durante estos años. Presenta la granja de su familia. Cada motivo ha sido pintado con el deseo de mostrar sus partes más importantes. Para conseguirlo, altera la disposición convencional de las figuras, elimina la pared del establo para dejar ver lo que hay dentro, muestra las raíces de los árboles, y varía las perspectivas de los objetos de forma que unos aparecen de frente y otros de perfil como la regadera y el cubo, o la escalera y los pájaros que hay sobre ella dentro del establo. Todos los elementos están representados con claridad, con precisión y nitidez, imprimiéndoles solidez onírica. 
Muestra un elemento que es constante en su obra: la preocupación por la naturaleza, un sentimiento que huye de lo grandioso para refugiarse en lo auténtico y humilde, la unión con la naturaleza a través de las pequeñas cosas. 
La crítica ha calificado a esta etapa como "detallista", por la minuciosidad descriptiva con que trata los objetos y personajes relacionados con las labores del campo. 
Este cuadro fue comprado por Ernest Hemingway.  
Sus obras son extraídas del subconsciente con mucha fantasía. Miró quería hacer una mezcla de arte y poesía, creando así un arte nuevo. A su surrealismo se le llamará surrealismo abstracto.

2.      Las obras en las que el automatismo es predominante.

Interior holandés



El color se aplica de forma plana, sin modulaciones.
La composición es básicamente intuitiva y recurre al equilibrio entre líneas y manchas de color. Fondo indefinido dividido en dos franjas para crear una sensación espacial de habitación en la que ocurre la escena, es decir, un espacio pictórico, no ilusionista, que no debe nada a la perspectiva tradicional.
Sitúa como eje central de la composición al personaje masculino que oca el laúd. A partir de esa figura principal se distribuyen el resto de elementos importantes( perro, gato, mujer, mesa, ventana con paisaje) así como otras formas secundarias, consiguiendo un movimiento centrípeto o hacia dentro, que se desplaza como un remolino. La fuerza plástica de su pintura reside en la viveza de un color propio de una sensibilidad mediterránea. Deja que afloren formas y líneas que crean figuras que sólo pertenecen a su mundo.Transmite una sensación dinámica  alegre.

En esta obra se pueden apreciar muchas de las características del estilo y el lenguaje que Miró utilizará durante toda su trayectoria:

  • formas vagamente orgánicas flotando en el espacio
  • vigorosos trazos negros que atraviesan las manchas de color
  • elementos naturales (insectos) y abstractos (asteriscos)
  • rico cromatismo en el que destacan los colores primarios (rojo, azul y amarillo) junto con el blanco y el negro.
Los signos con que pinta los objetos se irán definiendo y simplificando a lo largo de su obra hasta convertirse en verdaderos ideogramas. 

En cuanto a la temática, Interior holandés I, es el primero de una serie que pintó después de viajar a Holanda en 1928. En estos cuadros el artista reinterpreta con su lenguaje particular conocidos interiores pintados por los maestros holandeses del XVII. En esta obra en concreto tomó como referencia El tocador de Laúd de Hendrick Sorgh.



De cara al significado: Hay dos artistas que fueron un claro referente para Miró:

Uno es André Masson, amigo y compañero de Miró, de quien adquirió el importante concepto del automatismo, es decir, el proceso por el que la expresión libre, rápida y fluida, liberada de cualquier control ejercido por la razón, se convierte en el principal método de ejecución de las obras. 

El otro fue Kandinsky,  que en su evolución artística en el campo de la abstracción utilizó formas suavemente curvadas y orgánicas que pueden evocar un mundo microscópico. Mundo que fascinó a Miró, que nunca negó la influencia que tuvo en el Kandinsky.

Su aportaciones al surrealismo y al arte abstracto son más que evidentes. Siempre permaneció fiel al surrealismo al hacer prevalecer el inconsciente por encima de la razón. Y, gracias a su particular iconografía y a las innovaciones en el campo de la abstracción, consiguió crear una personalidad propia.








El carnaval del arlequín
1924-25


En esta obra, realizada en los años 1924-25,  se encuentra en la Galería de Arte Albright de Nueva York
Las composiciones de estas obras se organizan sobre neutros fondos planos y están pintadas con una gama limitada de colores brillantes, especialmente azul, rojo, amarillo, verde y negro. En ellas se disponen sobre el lienzo, como de modo arbitrario, siluetas de amebas amorfas alternando con líneas bastante acentuadas, puntos, rizos o plumas.
El cuadro reproduce un universo nuevo, de seres vivos y cosas maravillosas que flotan de forma casi ingrávida, llenándolo todo de fantasía y color y anulando la perspectiva real.
 Se trata de un lenguaje poético de signos que sugieren ensoñación, ingenuidad, fantasía y ambigüedad también.  El propio Miró dijo, refiriéndose a los dibujos preparatorios de esta pintura, que le fueron inspirados por “los terribles delirios del hambre”.


Aparecen representados una serie de elementos que se van a repetir posteriormente en otras obras, como las escaleras que pueden servir tanto para reflejar la huida como para la ascensión, o los insectos (parecen fascinarle), su gato, la esfera oscura (el globo terráqueo), etc.
Este camino de libertad del ensueño, de lo onírico, lleva a la creación de un mundo fantasioso y característico. El propio André Bretón dijo de Miró que era el más surrealista de todos ellos. Entre sus signos mezcla miniaturas de objetos reales con signos inventados, como una guitarra o un dado que, a la vez se complementan perfectamente con grafismos convencionales. Aquí vemos en notaciones musicales, en un pentagrama, el reflejo del lenguaje de la guitarra junto a la que aparecen. Los objetos que se distribuyen por el espacio dan sensación de flotar al estar colocados no en una superficie, sino en una habitación en la que el suelo y la pared están realizados con perfecta perspectiva. Una ventana abierta al exterior nos muestra un paisaje típicamente mironiano.
Sus figuras alargadas, agusanadas y "ameboides" resbalan y flotan en este espacio irreal entre objetos y animales. Todo está lleno de vida en el movimiento de esta obra, trabajada con una técnica verdaderamente miniaturista y meticulosa creada con gran sensibilidad y un extraordinario gusto innato, que casa perfectamente con el ambiente festivo que debe acompañar al carnaval.
La fantasía de colores que aparece en esta obra es prácticamente insuperable, destacando siempre por su utilización de los colores primarios, el azul, el amarillo y el rojo, utilizando además el blanco y el negro. Precisamente son los colores los que nos mueven a través de las diferentes figuras del cuadro, pero sin una dirección marcada por el artista, sino por el propio espectador.

De cara al significado se puede utilizar lo dicho en el Interior Holandés I.



3.      Posteriormente desarrolló obras más etéreas en las que las formas y la figuras orgánicas se reducen a puntos, líneas y explosionesde color.
Azul tres


El oro del azul






Escultores:


GARGALLO



(1881-1934)


Pablo Gargallo.
Su padre poseía una herrería, y en ella aprendió la técnica de la forja. Empezó a usar los materiales metálicos como la chapa, el cobre o el hierro. Sus primeras obras son piezas de gran simplificación, elaboradas con chapas recortadas y ligadas a la estética cubista. Años más tarde, en París, donde se instala definitivamente, crea un nuevo lenguaje escultórico introduciendo el vacío como volumen y dotando a sus figuras de gran dramatismo expresivo. Se acercó al cubismo y al expresionismo y al mismo tiempo se mostró también sensible a la influencia del arte primitivo. En esta línea creará obras que se caracterizarán por el juego entre el volumen y el vacío.
Una de sus obras más importantes es El profeta



Pág. 322 del libro de texto

Representa a un hombre que está gritando, amenazante, con una mano levantada en actitud de orador y otra que sujeta un bastón. Parece anunciar un tiempo de apocalíptico. Aunque más que un tema religioso, la imagen parece representar la fuerza de la palabra, expuesta enérgicamente.

Esta escultura de hierro es una de las últimas obras de Gargallo. En ella intenta esculpir el vacío, el hueco, al contrario de lo que sucedía en la escultura tradicional que se intentaba dar forma al volumen. La luz resbala por la superficie del bloque, se introduce por el interior y crea zonas de claroscuro. 
El profeta presenta formas que nos recuerdan a los cubistas, pero se mueve dentro de los planteamientos espirituales del expresionismo por la dureza, la agresividad y el carácter de la figura. Las líneas y planos nos conducen hacia la cabeza y la boca, que es el centro expresivo de la figura tanto en su visión frontal como en las laterales. Si lo miramos desde distintos planos, el profeta es el mismo, tiene el mismo gesto. La diversidad de puntos de vista conduce al espectador al movimiento, que ha sido creado a partir de la materia y el vacío. La imagen cobra cuerpo en el espacio. 
Pablo Gargallo nos sugiere volumen a través del vacío rodeado de aire y de luz, que da lugar a claroscuros, incrementando así el dramatismo de la obra.

De cara al significado: La aportación de Gargallo a la escultura contemporánea es la introducción del nuevo concepto de espacio escultórico. Sugiere la materia en su ausencia, completa la obra en el espacio mediante la adecuación de los contrarios, el vacío y el lleno. También por el empleo de chapas metálicas. En ese sentido la introducción del vacío com elemento volumétrico estará presente en otros escultores contemporáneos como Henri Moore.





 CHILLIDA



(1924-2002)

Eduardo Chillida Juantegui es el escultor vasco más destacado del siglo XX, Nació en 1924 en San Sebastián. Fue portero de fútbol, pero a causa de una lesión tuvo que dejarlo. A los 19 años inició los estudios de Arquitectura en la Universidad de Madrid, estudios que abandonará para dedicarse a la escultura.
Su actividad comienza en torno a 1948, cuando se traslada a París. Sus primeras obras son obras figurativas, torsos humanos tallados en yeso. En todas ellas, el punto de partida es la escultura griega arcaica, pero se aprecia ya su preocupación por la forma interior además de tener un marcado sentido monumental. Los juegos de volúmenes y los valores de la masa lo acercan al lenguaje de Henry Moore. Empezó a modelar obras figurativas, pero poco a poco tendió hacia formas más abstractas.

"El arquitecto del Vacío". Chillida conjuga la atracción por la materia y la reflexión sobre ésta. Se denominó a sí mismo como el arquitecto del vacío, lo que equivale a decir que en sus obras el vacío y la materia tienen igual importancia.

Su arte entronca con la tradición artesanal vasca, utilizando instrumentos y materiales propios de la sociedad rural vasca, no industrial, como la técnica de la forja y el hierro. Su obra se alejará de la figuración para adentrarse en la abstracción. hasta llegar a grandes estructuras de hormigón y hierro que se integran en el paisaje y reflejan la tensión de las fuerzas de la naturaleza a partir de una gran simplicidad de formas.

En su obra se pueden establecer dos etapas:
En la primera etapa (1956-1966) se preocupa sobretodo por la materia y el espacio

Mutación. 
1959-1963
Forja. Acero.
Es una metáfora de la mutación universal, es decir, del proceso de transformación al que están sometidos todos los seres y objetos.

En la segunda (desde finales de los 60) se interesa por la relación entre la escultura y la arquitectura y por la intagración de sus piezas de grandes dimensiones en espacios urbanos o en espacios naturales abiertos.
Elogio del Horizonte
(Gijón)
1990
Hormigón. Está pensado para que el mar y el paso del tiempo vayan modificando.

Su estilo se caracteriza por los cruces de diferentes superficies formando ángulos imprevistos, que ofrecen simultáneamente la cara interna y externa delas esculturas. Sus obras aumentan progresivamente de tamaño

El peine del viento.
1977. San Sebastián.


 Obra escultórica instalada en uno de los lados de la playa de Ondarreta, junto a la más famosa de la Concha, en San Sebastián.

Se trata de un conjunto de tres esculturas, formalmente abstractas (aunque cabría considerarlas como una de las más excepcionales muestras de land-art en nuestro país), realizadas en acero cortén y con un peso cada una de ellas cercano a las diez toneladas, literalmente incrustadas sobre las rocas que configuran el acantilado con el que se cierra la playa mencionada.


La concepción de las piezas correspondió por entero a Chillida, aunque debió recurrirse a un ingeniero de caminos que diseñase el procedimiento más adecuado para su colocación en 1977. El conjunto se completó con la urbanización de la zona mediante una plaza adoquinada con granito. Bajo ella, un ingenioso sistema permite al agua de las olas entrar en el acantilado y expulsar al exterior, por unos pequeños orificios dispuestos en el suelo, el viento que ocupaba el espacio que ahora rellena el oleaje.
Pese a su aparente simpleza, las tres esculturas que componen la obra son difíciles de describir. Cada una de ellas parece nacer de la propia roca y crecer mediante una serie de cuatro brazos que se curvan sobre sí mismos, sin llegar a cerrarse por completo. Están ahí, oxidándose lentamente, pero su sólida presencia no impide la contemplación del paisaje en el que se insertan. Por el contrario, se han fundido con el entorno y forman parte de él, como un elemento más, propio de la caótica orografía del lugar.


Afirmaba el propio escultor que esta obra era una ecuación con la que quería simbolizar a los vascos y a su país. Se dice también que el Peine es igualmente un homenaje a la ciudad de San Sebastián, colocado justo allí donde termina lo urbano, en el lugar en el que la naturaleza acaba por demostrar su dominio.  La obra puede interpretarse como un símbolo de lo humano, sin adjetivos territoriales. Una demostración de cómo formamos parte de la naturaleza y nos debemos a ella, de cómo hemos de respetarla. 


Eduardo Chillida fue considerado en vida como uno de los escultores más importantes, como lo demuestra la gran cantidad de premios internacionales con que fue galardonado.



Eduardo Chillida Premio Príncipe de Asturias de las Artes 1987

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