El urbanismo moderno tiene su origen en el siglo
XIX. En este siglo aparece una nueva ciudad, densa de población, de máquinas,
de humos y de problemas sanitarios. Es necesaria una nueva respuesta en el
ordenamiento del espacio urbano ya que las antiguas soluciones no sirven.
En el panorama arquitectónico conviven el eclecticismo y la arquitectura llamada de ingenieros, que responde a las nuevas
necesidades de la sociedad industial y en pugna con la arquitectura de
arquitectos preocupada por la tradicción.
Sólo al final del siglo se supera esta dialéctica:
- En
América con la Escuela de Chicago
- En
Europa con el Modernismo, una arquitectura alternativa al
eclecticismo y a los anacrónicos revivals.
ECLECTICISMO
Mientras la ciudad configura su trazado, la arquitectura sigue mirando al
pasado. El historicismo romántico deriva en un eclecticismo funcional, que
supone la aplicación de una forma arquitectónica concreta a un tipo de
edificio, según su función o simbolismo. Puede incluso mezclar estilos sin
aparentes problemas de coherencia estilística. También se van a aprovechar los
hallazgos tecnológicos de la sociedad industrial y de la arquitectura del
hierro. En la ciudad conviven arquitecturas distintas y es a esta pluralidad a
la que se le conoce como eclecticismo.
Una peculiaridad del eclecticismo es la posibilidad de
elegir aquella opción del pasado que a gusto del arquitecto mejor se adaptase a
la función y al simbolismo que pretendía conseguir.
Ejemplos de eclecticismo funcional y simbólico
- El
neoclasicismo, asociado a la idea de solidez y permanencia, para edificios
oficiales y bancarios.
- El
neogótico, y el neorrománico que sugería espiritualidad, se empleó para
los religiosos.
- El
islámico, relacionado con el goce de los sentidos, para los edificios
destinados al ocio.
- El
neobarroco para los teatros.
- El
neomudéjar en las plazas de toros...
Hasta finales del siglo XIX esta arquitectura historicista, ecléctica, arquitectura
llamada de "arquitectos" y a la que le preocupa ante todo la forma y
la tradición convive con la arquitectura de " ingenieros", la que
responde a las necesidades de la revolución industrial y a la que le interesa
ante todo la función.
Ópera de París
Charles Garnier
Neobarroco
El Palacio de la Ópera forma parte de la gran reconstrucción parisiense del
Segundo Imperio Francés, promovida por el Emperador Napoleón III, quien escogió
al Barón Haussmann para supervisar las obras.
Utiliza una estructura de acero y hormigón armado, pero la recubre de
ornamento barroco por considerar la estética de la estructura indigna.
Es también cuna de mitos y obras literarias, siendo la más famosa el
Fantasma de la Ópera.
Biblioteca de Santa Genoveva
Henri Labrouste
París
Labrouste construye con hierro y cristal y recubre con un
exterior clásico.
El Puente de Brooklyn
Neogótico
Fue construido entre 1870 y 1883.
En el momento de su inauguración era el puente colgante más grande del
mundo También fue el primero suspendido mediante cables de acero. Desde
entonces, se ha convertido en uno de los símbolos más reconocibles de Nueva
York.
ARQUITECTURA
DE LOS NUEVOS MATERIALES
El eclecticismo arquitectónico convive en el siglo XIX con la arquitectura
del hierro y de los nuevos materiales de la Revolución Industrial.
Esta arquitectura llamada también de ingenieros es ante todo
funcional y busca satisfacer las necesidades que aparecen con la Revolución
Industrial.
La arquitectura de ingenieros
Ha de construir
·
grandes y
diáfanos espacios
·
fábricas
·
estaciones
de ferrocarril
·
mercados
·
puentes
·
pabellones
para las exposiciones universales
Emplea
como materiales "vistos" y no sólo en estructura o
interiores
·
hierro
colado
·
vidrio
·
acero
·
cemento
·
hormigón
armado
Permite
construir con rapidez y de manera más económica. Las piezas prefabricadas que
se montan "in situ" permiten gran rapidez de montaje, ahorran dinero
e incluso pueden ser reutilizados.
El
palacio de cristal. 1851
Primera Exposición Uuniversal en Londres
Joseph Paxton
Torre Eiffel (1889)
Gustave Eiffel
Esta construcción de trescientos metros de altura, no funcional, se
convierte en símbolo de la Exposición Universal de 1889, en símbolo de la
arquitectura de ingenieros y en símbolo de París.
Es el máximo exponente de la arquitectura del hierro. Se convirtió en el edificio más alto del mundo y en un icono del progreso y de la evolución técnica.
Características peculiares, ya que es difícil distinguir interior de exterior en algunas de sus partes.
Pesa 10.100 toneladas, está formada po más de 18.000 piezas de hierro y necesitó 2,5 millones de remaches.Su planta es un rectángulo virtual cuyos vértices son los cuatro grandes pilares, que unen a su vez cuatro grandes arcos. Los pilares se van curvando hacia el interior en su subida hasta llegar a juntarse en un solo elemento.
La torre consta de tres plataformas a las que se puede subir tanto en ascensor como en escalera.
Pese a su fama, no fue muy bien acogida en un primer momento. Sin embargo, años después, cuando las autoridades decidieron desmontarla, fueron los propios u¡intelectuales franceses los que lo impidieron.
En la dialéctica surgida entre arquitectos e ingenieros, la "victoria" fue para los segundos, que se decantaban por los nuevos materiales y por nuevos sistemas técnicos adaptados a la construcción. Esta torre se convirtió en el símbolo de los ingenieros junto a otros edificios como el Crystal Palace, que por la necesidad de una construcción amplia y luminosa que debía ser creada en un breve espacio de tiempo, no fue encargada a un arquitecto, sino a Joseph Paxton, experto en la construcción de invernaderos.
En la dialéctica surgida entre arquitectos e ingenieros, la "victoria" fue para los segundos, que se decantaban por los nuevos materiales y por nuevos sistemas técnicos adaptados a la construcción. Esta torre se convirtió en el símbolo de los ingenieros junto a otros edificios como el Crystal Palace, que por la necesidad de una construcción amplia y luminosa que debía ser creada en un breve espacio de tiempo, no fue encargada a un arquitecto, sino a Joseph Paxton, experto en la construcción de invernaderos.
LA
ESCUELA DE CHICAGO
A finales del siglo XIX y en los Estados Unidos nace una nueva arquitectura
funcional, que emplea nuevos materiales (hormigón armado, hierro, acero,
cristal) y además prescinde de los historicismos.
En los Estados Unidos no se sienten atados a la tradición arquitectónica.
La ciudad de Chicago es destruida por un incendio en 1873. Hay que
reconstruirla con rapidez dada su importancia comercial y financiera y aprovechar
al máximo el suelo disponible.
Los nuevos materiales, las nuevas técnicas de construcción
(estructuras de acero visibles con simples cerramientos de piedra y cristal) y
la invención del ascensor eléctrico
permiten que el centro de Chicago se llene de edificios que se desarrollan en
altura y que pondrán las bases del rascacielos del futuro.
En estos edificios:
En estos edificios:
La estructura de hierro es el esqueleto. Se emplean vigas y
columnas de acero e hierro para sostener los forjados de las plantas.
La fachada reticular actúa como cortina, como la piel. Con ello, el muro pierde su función sustentante y puede ser convertido en amplias cristaleras que iluminan el interior.
Integrado en la ciudad mediante el hall y las ventanas.
Relación interior vertical (el ascensor) y horizontal (los pasillos). .
La fachada reticular actúa como cortina, como la piel. Con ello, el muro pierde su función sustentante y puede ser convertido en amplias cristaleras que iluminan el interior.
Integrado en la ciudad mediante el hall y las ventanas.
Relación interior vertical (el ascensor) y horizontal (los pasillos). .
Nace así la Escuela de Chicago formada por un grupo de arquitectos que
revolucionará la arquitectura. Grandes almacenes, edificios de oficinas,
hoteles, sedes de empresas...se convierten en obras tan importantes como el
templo o el palacio en otras épocas.
Louis Henry Sullivan fue el máximo exponente de esta
escuela. El funcionalismo de su arquitectura lo resume en la frase:
"la forma es el resultado de la
función".
Sullivan
Esta obra integraba hotel, teatro y oficinas. La extraordinaria acústica
del mismo lo convirtió en una obra modélica.
Emplea ténicas tradicionales en piedra pero también destaca el inicio de su
predilección por lo funcional frente a lo decorativo.
Búfalo
Sullivan
Lo que resalta del edificio es su verticalidad y su grandiosidad.
Como si de una enorme columna se tratara, las tres partes fundamentales del
edificio semejan basa (los pisos bajo y primero, que sirven
para comercio, serán luminosos y amplios y con entrada muy vistosa), fuste (los
pisos altos son para oficinas con determinadas características de iluminación,
pero todos iguales, por lo que al exterior, con más o menos ornamento, debe
resaltarse esa igualdad) y capitel (el conjunto termina en un
ático de coronamiento, destinado a servicios de mantenimiento y maquinaria, que
al no ser oficinas no tiene por qué atenerse a las anteriores características).
Sullivan
Chicago
La decoración desaparece casi totalmente.
EL
MODERNISMO GAUDÍ
Nace a finales del siglo XIX como reacción estética contra los
historicismos.
Se desarrolla en aquellos países que han alcanzado un cierto desarrollo industrial.
Es el estilo de una burguesía rica y culta, sin complejos historicistas y que exige calidad y diseño.
Se extiende por toda Europa y en cada país recibe distinto nombre:
Se desarrolla en aquellos países que han alcanzado un cierto desarrollo industrial.
Es el estilo de una burguesía rica y culta, sin complejos historicistas y que exige calidad y diseño.
Se extiende por toda Europa y en cada país recibe distinto nombre:
- Art Nouveau en Francia y Bélgica
- Jungenstil en Alemania
- Sezession en Austria
- Liberty en Italia
- Modernismo en España
- Modern Style en Inglaterra
Aunque en cada país se presenta con importantes diferencias formales, mantiene,
sin embargo unas características comunes:
- La idea
de hacer una nueva arquitectura no heredada del pasado. Rechaza los
historicismos, rechaza también la estética de la industrialización aunque
hace uso de los nuevos materiales y técnicas y tampoco prescinde de los
materiales tradicionales ni de la labor artesanal.
- La
concepción artística global que integra todas las artes, arquitectura,
mobiliario, objetos decorativos, joyas, carteles publicitarios... Invade
todos los aspectos de la vida.
- Es un
arte elitista que acaba al estallar la Primera Guerra mundial.
- Los
edificios se llenan de formas onduladas que se inspiran
en la naturaleza ( Francia, Bélgica, España, Alemania)) o bien se reivindica
la línea recta, los muros lisos y la mínima ornamentación (Inglaterra,
Austria)
- Este
estilo desaparece cuando estalla la primera guerra mundial. De él quedará
su interés por el funcionalismo que se proyectará en el racionalismo del
siglo XX.
- Una
derivación de este estilo en la década de 1920 es el denominado Art
decó por lo que a veces se le suele confundir con el modernismo.
Formado en el historicismo, especialmente en el neogótico, es capaz de
superar en su obra las limitaciones del gótico estructural recurriendo a la
naturaleza, no sólo como inspiración ornamental, sino como inspiradora de estructuras
llenas de curvas, arcos parabólicos, columnas inclinadas que soportan sin
necesidad de contrafuertes bóvedas paraboloides...
La arquitectura de Gaudí es un vehículo de expresión lírica. Es simbólica y
emocional.
Está llena de fantasía, transmite libertad.
Junto con las técnicas más avanzadas, introduce elementos artesanales.
Está llena de fantasía, transmite libertad.
Junto con las técnicas más avanzadas, introduce elementos artesanales.
Casa Batlló
Fachada alabeada y revestida contrencadís (mezcla de azulejos rotos, fragmentos de vidrio y esquirlas unidos con argamasa).
Las columnas tienen forma ósea, con representaciones vegetales.
A VISTA DE DRONE
Fachada alabeada y revestida contrencadís (mezcla de azulejos rotos, fragmentos de vidrio y esquirlas unidos con argamasa).
Las columnas tienen forma ósea, con representaciones vegetales.
A VISTA DE DRONE
La cripta de la iglesia de la Colonia Güel
Se integra orgánicamente en la colina donde se encuentra mediante el rústico revestimiento de muros, columnas y la inclinación "natural" de estas como si fueran troncos de árboles.
Se integra orgánicamente en la colina donde se encuentra mediante el rústico revestimiento de muros, columnas y la inclinación "natural" de estas como si fueran troncos de árboles.
1906-1912
Barcelona
La Casa Milá también conocida como La Pedrera fue construida por Gaudí entre 1905 y 1910. La obra situada en la esquina que une el Paseo de Gracia y la calle Provenza, fue encargada por el empresario industrial Pere Milá i Camps. Dos bloques de pisos con accesos independientes que comparten una misma
fachada. Esta impresionante e inaudita fachada ha tenido múltiples interpretaciones:
un mar en oleaje con algas en los vanos -espectacularmente forjados-, una
montaña erosionada, el manto de la Virgen cuya escultura debía de coronar el
ático...
La fachada está realizada en piedra calcárea de canteras cercanas, mientras la parte superior está revestida de azulejos blanquecinos pudiendo evocar las cumbres nevadas de las montañas. Los balcones realizados en hierro forjado simulan plantas enredaderas que fueron realizados por los hermanos Badia i Miarnau.
En la fachada no existe la línea recta;
en su lugar, una onda continua, en dinámico movimiento, que
elude las esquinas y exhibe una marcada horizontalidad, configura la fachada.
Uno de los secretos de la fachada es que no ejerce de muro de carga, sino que constituye una estructura autónoma conectada al edificio mediante un complejo sistema de vigas y tirantes de hierro. En La Pedrera Gaudí siguió con su propia concepción del modernismo, la evocación a la naturaleza y los animales se traducen en una conjunción de líneas rectas y ondulantes. Gran importancia adquiere el simbolismo religioso en esta construcción, Gaudí remató la parte superior de la fachada con inscripciones del Ángelus. El conjunto debía completarse con una imponente escultura mariana que realizaría Carles Mani: la Virgen del Rosario portando en brazos al Niño Jesús y flanqueada por los arcángeles Gabriel y Miguel.
El edificio se sustenta en una estructura de hierro, combinada con piedra y ladrillos, que elimina las paredes de carga y permite distribuir libremente el espacio interior.
Cumplen un papel primordial los arcos parabólicos y las columnas inclinadas, elementos fundamentales en la investigación de Gaudí.
La puerta de entrada principal prolonga originalmente la calle exterior hacia el patio interior planteado como una segunda fachada.
Corona el edificio "el jardín de los guerreros", un espacio onírico que parece representar a guerreros con casco flanqueados por sus escuderos y que es un espacio plenamente funcional, ya que las bellísimas formas sinuosas ocultan los depósitos de agua, la ventilación de los desvanes y las chimeneas.
La Casa Milá es uno de los mejores ejemplos de la obra naturalista de Gaudí, en ella se produce una perfecta conjunción entre elementos naturales, religiosos y catalanes tratados con el estilo modernista que Gaudí trabajó de manera muy personal.
Uno de los secretos de la fachada es que no ejerce de muro de carga, sino que constituye una estructura autónoma conectada al edificio mediante un complejo sistema de vigas y tirantes de hierro. En La Pedrera Gaudí siguió con su propia concepción del modernismo, la evocación a la naturaleza y los animales se traducen en una conjunción de líneas rectas y ondulantes. Gran importancia adquiere el simbolismo religioso en esta construcción, Gaudí remató la parte superior de la fachada con inscripciones del Ángelus. El conjunto debía completarse con una imponente escultura mariana que realizaría Carles Mani: la Virgen del Rosario portando en brazos al Niño Jesús y flanqueada por los arcángeles Gabriel y Miguel.
El edificio se sustenta en una estructura de hierro, combinada con piedra y ladrillos, que elimina las paredes de carga y permite distribuir libremente el espacio interior.
Cumplen un papel primordial los arcos parabólicos y las columnas inclinadas, elementos fundamentales en la investigación de Gaudí.
La puerta de entrada principal prolonga originalmente la calle exterior hacia el patio interior planteado como una segunda fachada.
Corona el edificio "el jardín de los guerreros", un espacio onírico que parece representar a guerreros con casco flanqueados por sus escuderos y que es un espacio plenamente funcional, ya que las bellísimas formas sinuosas ocultan los depósitos de agua, la ventilación de los desvanes y las chimeneas.
La Casa Milá es uno de los mejores ejemplos de la obra naturalista de Gaudí, en ella se produce una perfecta conjunción entre elementos naturales, religiosos y catalanes tratados con el estilo modernista que Gaudí trabajó de manera muy personal.
En 1883, Gaudí, con 32 años, aceptó continuar con el templo expiatorio,
iniciado en clave neogótica por el arquitecto Paula del Villar
y financiado por las donaciones de fieles. Pensado y concebido con el espíritu
de las grandes catedrales medievales góticas, Gaudí lo convirtió en la obra de
su vida y en ejemplo único de una nueva arquitectura que aplica la geometría
para emular las formas de la naturaleza; a la vez, consiguió insuflar en
cada uno de sus elementos el más profundo simbolismo religioso.
Edificio ligero, vertical, presidido por 18 torres cuya
media es de 100 m de altura, y rodeado en todo su perímetro por un singular
claustro. Tres grandes fachadas acogen 4 torres-campanario cada una, dedicadas
a los 12 apóstoles; sobre el cimborrio, la torre de Jesucristo, de 170 m de altura;
rodeándola, la torre de la Virgen sobre el ábside y las 4 torres de los
evangelistas.
Dalí comparó las torres-campanario con “tubos de órgano”. Sus huecos, de ventanales calados, cuentan con pestañas inclinadas para difundir el sonido y están diseñados para albergar unas campanas tubulares. Gaudí experimentó exhaustivamente, llegando a estudiar música gregoriana para proyectarlas. Se rematan con cerámica vidriada de colores.
Dalí comparó las torres-campanario con “tubos de órgano”. Sus huecos, de ventanales calados, cuentan con pestañas inclinadas para difundir el sonido y están diseñados para albergar unas campanas tubulares. Gaudí experimentó exhaustivamente, llegando a estudiar música gregoriana para proyectarlas. Se rematan con cerámica vidriada de colores.
Las diferentes fachadas, a la manera de un libro escrito en piedra, narran:
al este, en la fachada del Nacimiento se nos narra la infancia de Jesús. Al
oeste, la fachada de La Pasión, esculpida por Subirachs, nos narra la muerte de
Jesús, y al sur, La Gloria, nos narra el camino a la redención.
La planta, de cruz latina, sigue los parámetros góticos: cuerpo central de
cinco naves, transepto, de tres naves con portadas en ambos extremos, ábside con deambulatorio de siete capillas
poligonales, y cripta.
El interior del templo emula un bosque, troncos que se abren en ramas frondosas
a través de las cuales se filtra la luz. En las bóvedas combina formas
helicoides, conoides, hiperboloides...
Las columnas inclinadas se ramifican con la finalidad de que las ramas
sostengan la cubierta en diversos puntos. Las bóvedas se apoyan en estas ramas
prescindiendo de contrafuertes en el exterior. Este planteamiento divide las
cargas y las desvía hacia la base. Las más de 50 columnas del interior,
simbolizan a las iglesias del mundo, sobre las cuales se sustenta la Jerusalén
celeste.
Gaudí deseaba que al penetrar en el templo el fiel tuviera una visión
unitaria, que abarcara hasta el fondo del ábside. La mirada se dirige hacia el
imponente presbiterio, definido por un semicírculo de columnas y presidido por
un altar mayor elevado a causa de la cripta subterránea. Sobre el altar mayor
se despliega toda una simbología religiosa que culmina en un gigantesco
pantocrator, realizado en mosaico e iluminado por la luz procedente del gran
óculo que cierra la torre de Jesucristo.
Como bien es sabido, Gaudí no pudo finalizar su obra, y el mismo afirmaba:
“Sé que el gusto personal de los arquitectos que me sucederán influirá en la
obra; pero esto no me duele; creo que incluso beneficiará al templo, marcará la
variedad del tiempo dentro de la unidad del plano general”.
Al final de su vida, se dedicó a laborar incansablemente aquella traza
general que debía guiar a las siguientes generaciones. En 1936, sin embargo, un
incendio destruyó todos sus dibujos y notas, y sólo quedaron los modelos de
yeso. Muchos años más tarde, los avances de la informática y la laboriosa
investigación han permitido desvelar las leyes geométricas que animan sus
estructuras y continuar la obra según los parámetros que él estableció.
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