domingo, 12 de marzo de 2023

EL RENACIMIENTO EN ESPAÑA (ESCULTURA)

LA ESCULTURA ESPAÑOLA DEL RENACIMIENTO

Intro: (Pág. 278 del libro de texto). 

 En el segundo tercio del XVI se encuentran Berruguete y Juni. (Pág. 279 del libro de texto).

Sus obras más conocidas:

ALONSO DE BERRUGUETE

El sacrificio de Isaac y San Sebastián.

Estas esculturas pertenecen al retablo de la Iglesia de San Benito en Valladolid, que talló y policromó entre 1526 y 1532. El retablo fue desmontado en el siglo XIX con la desamortización, y hoy estas y otras imágenes del retablo se encuentran en el museo de Escultura de Valladolid.
Ambas esculturas están realizadas con la técnica de la talla en madera, policromadas con la técnica del estofado. Aunque estaban realizadas para ser colocadas en un retablo, son figuras de bulto redondo, exentas.
Los temas representados son religiosos y tradicionales: el sacrificio de Isaac (por todos conocido) y el martirio de San Sebastián, soldado romano que murió asaeteado por sus compañeros de armas por no renegar de su fe cristiana.
Ambas tallas presentan una composición en espiral, muy utilizada en el manierismo por Miguel Ángel o por otros como Giovanni Bologna, en su famoso rapto de las Sabinas.
Las proporciones se salen del canon clásico, y aunque la anatomía es bastante correcta, las posturas son muy forzadas y poco naturales, enfatizando la expresividad; igualmente las expresiones son muy son muy dramáticas, casi desfigurando los rostros (sobre todo en el caso del Sacrificio de Isaac). Todo ello es reforzado y potenciado con la utilización de la policromía.

Todo ello nos muestra cómo fue el estilo escultórico manierista en España, rompiendo con las normas clásicas y recuperando un lenguaje cercano al gótico, tanto en las técnicas (talla de madera y estofado) como en la expresividad y el sentido dramático de la religiosidad.






JUAN DE JUNI

 A pesar de ser francés está considerado como el otro gran representante de la escuela vallisoletana y de la religiosidad popular castellana. Su obra reúne la tradición francesa de su primera formación; la italiana, resultante de una larga estancia en Italia, donde estudió las obras de Donatello y Miguel Ángel; y la española, siendo España el país donde realizó la mayor parte de su obra escultórica.

El entierro de Cristo 


Fue realizada entre 1541-1545. Es el primer grupo escultórico documentado que Juan de Juni hace para la ciudad de Valladolid, según se reseña en su primer testamento redactado en Salamanca. Fray Guevara le encargó el conjunto escultórico para colocarlo en el retablo de su capilla funeraria recién edificada en el desaparecido convento de San Francisco. Demolido en 1836, esa obra fue resguardada por el Estado.
Es pieza muy destacada del Museo Nacional Colegio de San Gregorio, en cuya colección se hallan otras obras valiosas de Juni. No se conserva la arquitectura del retablo donde estaba instalado el grupo.
Juan de Juni realizó esta obra entre 1541 y 1545 expresando en ella un efecto escenográfico muy logrado. El origen temático de sus figuras están en su tierra natal de la Borgoña francesa (nació en Joigny) donde abundaba esta representación de Cristo depositado en el sepulcro, y también en Italia, país que tanto influyó en el Renacimiento europeo y donde Juan de Juni pasó un periodo de formación artística. Allí conocería seguramente grupos semejantes, como el realizado por Niccolò dell'Arca en Bolonia
Pese a todo, el escultor demuestra originalidad y rasgos muy personales. Se encuentra custodiado, con la desamortización, en el Museo Nacional Colegio de San Gregorio.
El conjunto está compuesto por siete figuras de tamaño mayor que el natural, independientes cada una salvo el grupo formado por la Virgen y San Juan. Todos los componentes están situados en una puesta en escena teatral y muy atractiva para el espectador. Cada personaje tiene su cometido y así lo demuestran en las actitudes y en los objetos que portan. El grupo está policromado con una gran calidad pictórica acorde con el gran valor escultórico que presenta.


En el centro se halla la figura de Cristo yacente, depositado en lo que será su ataúd.
 Los demás personajes proceden a su embalsamamiento. En la esquina de la izquierda y muy cerca del espectador, José de Arimatea muestra con gran patetismo una espina de la corona que se había quedado clavada en la cabeza de Cristo.
En la esquina contraria está Nicodemo que parece dialogar con María Magdalena. Su mano izquierda reposa en una jarra y con la derecha sostiene un paño con el que se supone está limpiando el cuerpo del fallecido. Tras él y de pie está María Magdalena que se inclina con dolor y cariño hacia el cuerpo mientras sostiene en su mano izquierda el tarro con ungüentos. En el centro y detrás del yacente se encuentra el grupo de María y Juan; María se inclina entristecida hacia su hijo mientras Juan acude cariñoso a consolarla.  María Salomé que sujeta con su mano derecha un paño de limpieza y con la izquierda la corona de espinas que acaban de sacarle al Cristo. El equilibrio del conjunto es perfecto.




EL CLASICISMO OFICIALISTA "LOS LEONI" 

Como en arquitectura, los Austrias mayores utilizaron el modelo clásico para crear un estilo oficial. Durante su reinado se acuñó una imagen de Carlos V como moderno caballero cristiano, defensor de la fe, y como sucesor de los antiguos emperadores o héroes clásicos, y así lo representó el escultor Leo Leoni.

Carlos V y el Furor de Leo Leoni
1551. Manierismo.
Bronce.


El objetivo de Leo (o León) Leoni era plasmar los valores y la grandeza de la monarquía española. En lugar de la madera utiliza el mármol o en este caso el bronce, materiales nobles que dotaban a la escultura de un aspecto más lujoso.
Desde 1456 empezó a trabajar con asiduidad para Carlos V.
Este grupo, de Carlos V dominando al Furor se inspira en el Genio de la Victoria de Miguel Ángel.


La figura del emperador se concibió desnuda, como la de un César clásico, y su armadura articulada puede ser desmontada pieza por pieza.
                                                        

El emperador aparece con na actitud serena y melancólica, alejada de todo triunfalismo.
El virtuosismo del artista se manifiesta en la plasmación de los detalles.



Grupo sepulcral de Felipe II y su familia, de Pompeyo Leoni
1597-1600
Manierismo.
Bronce.

 Carlos V

Felipe II

Esculturas que se situaron a ambos lados del presbiterio en la iglesia del Escorial.
Los personajes están retratados con gran dignidad y levemente idealizados, pero siempre respetando el parecido.


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